La trágica desaparición de Sara Sofía
POR YOLANDA GÓMEZ TORRES. – Sara Sofía, una niña de 2 años a quien se le perdió el rastro en Bogotá a comienzos del 2021 se ha convertido en el símbolo de la infamia con la que se trata a miles de niños en Colombia y que llevan a su muerte, a su desaparición o a su fracaso como ser humano.
La niña, cuya foto ha circulado por todos los medios colombianos y las redes sociales nació de una madre que apenas había cumplido 18 años y que quedó embarazada a los 17 de un hombre que al enterarse del embarazo la abandonó.
Desde que se conoció públicamente la historia, las autoridades han recorrido y dragado el río Tunjuelito en el sur de Bogotá una y otra vez para verificar la versión de la madre que asegura haber lanzado el cuerpo en un caño porque la niña murió en su poder.
Personal de la Defensa Civil, bomberos, policías, investigadores del CTI y de la Sijín y hasta el director nacional de la Policía han estado en la búsqueda, pero no hay rastro de la menor. Es como si se la hubiera tragado la tierra.
La de Sara Sofía es icónica, pero no una historia aislada. Como ella, hoy hay 759 menores de edad desaparecidos en Colombia y de ellos no se tiene ninguna noticia. El año pasado se perdieron en total 1.579, según el Instituto de Medicina Legal. A diez de ellos los encontraron muertos.
La historia que cuenta la tía de Sara Sofía es como las de otros niños de Colombia. Mientras estuvo con ella, la madre no dio muestras de cariño o de amor de mamá por su hija. Un día la dejó en manos de su hermana, supuestamente mientras iba a buscar un trabajo, con la promesa de volver por ella.
Y volvió, se la llevó un fin de semana del 8 de enero del 2021. Y ahí empezó la tragedia de la que hoy solo se conocen versiones encontradas: que la niña murió y la metieron a un caño, que se la regalaron a una señora de un carro rojo en el sector de Patio Bonito en el sur de Bogotá, que la vendieron en Bucaramanga…
En esta trágica historia está vinculado Nilson Díaz, la pareja sentimental de la madre de Sara Sofía a quien las autoridades señalan como proxeneta y cómplice de la desaparición de niña. Hasta el momento todas sus versiones sobre la desaparición de la pequeña han sido contradictorias y han enredado más la historia.
Las autoridades investigan, pero no dan información oficial por la reserva sumarial.
En medio de la indagación la tía se enteró de que su hermana vivía en un barrio llamado Class Roma, donde un barbero que trabaja en la misma cuadra aseguró haber visto viva a la niña y una vendedora ambulante -que dice haber entablado una relación de amistad con ella- comentó que la mujer estaba dedicada a la prostitución y no a los servicios de aseo como le había dicho a su familia.
Hoy todo es incertidumbre. Lo único cierto es la frialdad con la que la madre de la niña ha hablado de la supuesta muerte de su hija y la demora de más de un mes de las autoridades para iniciar la búsqueda; solo lo hicieron cuando el caso se volvió viral en las redes sociales.
E-Diario