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Cómo actúan y cómo se mueven los infiltrados en las marchas

Detrás de los actos vandálicos de las marchas hay una estructura bien organizada, con línea de mando, que actúa con táctica y estrategia para causar el mayor daño posible, evitar ser capturados y escapar al accionar de las autoridades y la justicia.

E-DIARIO investigó con agentes de inteligencia de la Policía y con excombatientes de la guerrilla cuál es el modus operandi y cómo funciona la organización terrorista que filtra las marchas y desestabiliza la protesta social.

Reciben asistencia de grupos, entre otros, como el Hezbolá, tienen contactos, enlaces y se sustentan en los manuales de organizaciones islámicas, musulmanas que cuentan con brazo político y paramilitar para la confrontación con las fuerzas del orden.

Todo ello con la logística y el soporte ideológico del Ejército de Liberación Nacional (Eln), quienes tienen escuelas para la preparación de jóvenes en materia de adiestramiento militar y estrategia, como llaman al curso de preparación.

Los organismos de inteligencia los tienen bien estudiados e identificados: los protagonistas de los desmanes que aprovechan las manifestaciones actúan en cuatro líneas de acción, al igual que una fuerza militar, y cada una de ellas tiene una misión dentro de su propósito destructor.

La primera es una línea de defensa, que tiene escudos y materiales de protección con los que buscan protegerse de la reacción de la Fuerza Pública.

La segunda es la línea encargada de causar desorden, caos y daño: es la parte más operativa dentro de la estructura en la que están los lanza piedras que se enfrentan a la Policía y al Escuadrón Móvil Antidisturbios.

Existe una tercera línea que es de logística. En ella están quienes llevan todo tipo de material para atacar a las autoridades: papas explosivas, elementos incendiarios, pertrechos y alimentación para sus filas.

Este grupo se vale de lo que encuentren a su paso para armar barricadas. En sus mochilas siempre llevan objetos contundentes para lanzarlos contra los policías, para romper vidrios, para dañar el mobiliario. Algunos utilizan líquidos inflamables y queman llantas para bloquear las calles.

La inteligencia de las autoridades ha detectado que existe una cuarta línea que tiene la misión de manejar el asunto de los heridos y afectados por la reacción de las autoridades y llevarlos directamente a hospitales y centros de atención en salud.

Son grupos bien organizados, que siempre van encapuchados, amparados en el anonimato y que actúan en grupo para evitar ser capturados y conducidos a la justicia. En medio de los desórdenes que provocan se dispersan entre los manifestantes y evaden la acción de la fuerza pública, que muchas veces termina capturando a marchantes que no tienen nada que ver con los desmanes.

En su estrategia, las autoridades también han identificado que constantemente varían los lugares de los ataques para evitar ser localizados. En particular las líneas que se enfrentan a la Policía se mueven por la ciudad, están siempre en lugares diferentes y en puntos distintos.

Detrás de las redes que tienen tomadas las manifestaciones, las autoridades han identificado el accionar de redes con un complejo sistema de comunicación y coordinación con la capacidad de moverse de manera clandestina en el entorno urbano. Se comunican a través de celulares y, en ocasiones, con radioteléfonos de largo alcance.

Por eso está descartado que sean acciones espontáneas de vandalismo; son organizaciones bien conformadas, con estructura, flexibles en su movilidad y desplazamiento por la ciudad y letales para atacar a las autoridades y confundir y crear pánico en la ciudadanía.

E-DIARIO

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