Los ciudadanos no saben que a los congresistas colombianos les pagan por no trabajar: reciben salario por 13 meses, pero solo trabajan 8 meses.
El fin de año trabajan hasta mediados de diciembre y retornan a mediados de marzo, es decir tres meses en los que el Congreso está cerrado y ellos no van a trabajar, están de vacaciones.
Y a mitad de año se van entre el 20 de junio y regresan el 20 de julio. Es decir, otro mes de descanso.
Y para que se asombren, no se ganan una bobadita: del erario público, de los impuestos de los colombianos, les pagan mensualmente 34,5 millones de pesos, ojo, mensuales. Eso significa que reciben -cada uno de los congresistas- 103’500.000 pesos por no ir al Congreso.
Haciendo las cuentas, con ese dinero que se gana cada congresista por no trabajar, se podría cubrir el salario mínimo de 115 personas al mes.
Si sumamos 108 senadores y 171 representantes la cifra es descomunal: son 279 congresistas por 103’500.000 pesos. La cifra total redondea los 28.876 millones de pesos al año.
Y eso ha sucedido durante décadas, sin que los congresistas se sonrojen ante el despropósito que representan sus millonarios ingresos con la miseria que ganan los trabajadores que ni siquiera llegan a los 900 mil pesos mensuales. Y no se les puede sugerir ni siquiera insinuar que se rebajen el salario, y peor si se les propone que su salario sea por sesión trabajada.
Y todo esto sin tener en cuenta que además se les paga la gasolina, el carro oficial, los pasajes para viajar a cualquier parte del país todas las semanas, y por supuesto, los viáticos. Y solo trabajan tres días a la semana.
E-DIARIO
