POR OLGA VICTORIA RUBIO C. – La participación de las mujeres es esencial para lograr una paz duradera, ya que hemos demostrado ser agentes de cambio, con gran capacidad resiliente.
Fueron razones suficientes para que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el año 2020 aprobara la resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad, convirtiéndose en un hito histórico, que invita a que participemos en la consolidación de la paz, con eficientes medidas de protección ante la discriminación y la violación de los derechos humanos.
Estos hechos abren espacios oportunos para que trabajemos aun más en pos de este objetivo, promoviendo una mayor inclusión de la mujer en los espacios de toma de decisiones y en los asuntos públicos, para avanzar hacia las transformaciones sociales y lograr la construcción de la paz, sobre una plataforma de transparencia, diálogo social, justicia, responsabilidad social y respeto por la diferencia.
ONU Mujeres desarrolla su actividad en todo el mundo con el fin de estimular la participación de mujeres e influir en los procesos de adopción de decisiones para prevenir y resolver los conflictos.
Apoyan el compromiso de las mujeres en todos los aspectos de la consolidación de la paz de cara a la construcción de sociedades más incluyentes e igualitarias, capaces de terminar con la discriminación de género y resolver los conflictos sin recurrir a la violencia.
La paz es y seguirá siendo una apuesta en común; no puede haber negligencia, indiferencia y, mucho menos, ausencia de quienes podemos aportar nuestro liderazgo político-social con ideas y acciones afirmativas. Todos podemos hacer parte de su construcción, existe variedad de escenarios públicos y privados que cuentan con programas y proyectos que podemos fortalecer, acompañar y desarrollar con nuestras fortalezas y capacidades, como son:
1-Lidetrazgo transformador. Es un método para fomentar el cambio y la creatividad, que busca influir, guiar y dirigir;
2-Inclusión social. Son estrategias y reflexiones para promover en las comunidades la cooperación, la solidaridad y la inclusión, para la construcción de relaciones justas y equitativas;
3-Resiliencia. Es la capacidad que tenemos las personas para superar las circunstancias traumáticas;
4-Dialogar y concertar. Para promover en las comunidades el diálogo con cambio legítimo, valorando el disenso, el pluralismo, el debate libre de ideas.
“Son nuestras armas más poderosas: un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”: Malala Yousafzai.
ONUmujeres
mujeresporlapaz.org
OLGA VICTORIA RUBIO C.
