Voces

Impuesto predial, segunda pandemia para los colombianos

POR YOLANDA GÓMEZ TORRES. – ¿Por qué en Bogotá, y otras grandes ciudades, el valor de los predios fue lo único que no bajó como impacto de la pandemia por covid-19 que en el 2020 paralizó el país y aun lo tiene a media marcha, y este año se tendrá que pagar impuesto predial como si la propiedad costara lo mismo o más?

Es el grito desesperado que lanzó el empresario Arturo Calle a los alcaldes de las ciudades. Es un S.O.S. para que revisen de urgencia el tema porque el impuesto predial subió en vez de bajar.

Su análisis parte de una realidad: cientos de propiedades dejaron de estar en el mercado porque o no se arriendan, o no se venden, y si se transan, su valor bajó entre un 30 y un 50 por ciento. Basta ver los millones de avisos de ‘se arrienda’ o ‘se vende’ que se ven por toda la ciudad y por el país.

Durante la pandemia, en mi edificio se desocuparon 13 apartamentos, la tercera parte del total. Quienes los tenían alquilados no aguantaron más y tuvieron que dejarlos para irse a vivir con otros familiares o amigos porque la pandemia por el covid-19 los dejó sin ingresos.

Esa decisión, que se replicó por toda la ciudad (el 40 por ciento de los hogares de Bogotá vive en arriendo y en el país se calcula en 35 por ciento) afectó a quienes, ante la falta de opciones para conseguir una pensión de jubilación decente, o no tuvieron oportunidades de ingreso, optaron por invertir sus ahorros en un apartamento o un local que les produjera una renta, que les permitiera subsistir dignamente.

Pero, como dice el empresario Arturo Calle, las propiedades hoy no están produciendo renta y no se están pudiendo transar en el mercado. Así que, lo elemental, es que los avalúos reflejen esa desvalorización. Pero no está pasando, y eso lo están evidenciando quienes se preparan a pagar el impuesto predial y se encontraron con que el valor subió.

La solución que se les da desde la Dirección de Impuestos de Bogotá es que reclamen, pero para hacerlo tienen que presentar pruebas de que el avalúo bajó, y para eso tienen que contratar con una empresa privada y con bufete de abogados especializados a bordo. Es decir, pagar para demostrarle a la administración que el avalúo bajó.

Pero el calvario no termina ahí, porque la administración responderá que el reclamo no tiene razón, aunque tiene derecho a la réplica. Y la segunda respuesta será la misma, que el avalúo se mantiene y que hay que pagar. Y como gran beneficio le dan la opción de pagar por cuotas.

Y si el empresario o el propietario de un simple local o apartamento decide ir hasta las últimas consecuencias con su reclamo, tendrá que acudir a la justicia ordinaria en un proceso que bien podría tardar seis o más años. Para cuando termine, si le dan la razón, el empresario habrá quebrado y el propietario del local estará en la ruina y con sus ilusiones rotas.

¿Por qué las administraciones, conscientes del impacto de la pandemia, no tomaron las medidas de fondo sabiendo lo que se venía? ¿De verdad no son conscientes de que la propiedad hoy no cuesta lo mismo?

Es verdad que cuando la economía se recupere, podrá volver a valorizarse la propiedad, pero, mientras tanto, ¿por qué no aceptan la realidad y entienden que los ingresos de las ciudades en una crisis como la que se vive por el covid-19 no se pueden dar a costa del bolsillo de los contribuyentes?

Es de advertir que al Catastro se le fueron las luces y fue negligente porque en el 2020 era su obligación tomar las medidas preventivas y no lo hizo.

Ese grito angustioso del empresario Arturo Calle no puede ser ignorado por la administración distrital de Bogotá ni por el país, porque su advertencia no es una premonición, sino un hecho real: vamos a enfrentar una crisis social generalizada por el valor del impuesto predial, peor que la pandemia.

Twitter: @YolandaGomezT

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