Por Olga Victoria Rubio.- Una forma de discriminación económica, por la que un género paga un precio diferente por servicios o bienes idénticos a sus equivalentes destinados a los hombres (y, por lo tanto, la diferencia no puede adjudicarse a un mayor costo de producción).
Podemos decir que es un privilegio que se paga caro.
El nombre IMPUESTOS ROSA hace referencia a que muchas veces la principal diferencia del producto radica en ser de color rosa, como es el caso emblemático de las máquinas de afeitar desechables.
Este producto suele tener un sobreprecio de un 25% y en un informe publicado en 2015 por el Departamento de Asuntos del Consumidor de la Ciudad de Nueva York señaló que los productos comercializados orientados específicamente a mujeres cuestan en promedio un 7% más que los productos dirigidos hacia hombres en dicha ciudad.
Las recomendaciones de los estudiosos del tema y de esta servidora, es sustituir esta clase de productos por otros de tipo neutral al momento de realizar la compra y aún más en este tiempo de recesión económica.
Y tendremos que revisar normativamente como equilibramos el justo precio, para que el privilegio de ser mujer no afecte la economía familiar y nuestras preferencias al escoger un producto.
Un saludo para todas
Olga Victoria Rubio C.
