E-DIARIO.- Ángela María Sepúlveda Gamboa hace parte del Consejo de Sabios y Sabias de Kennedy y aprovecha su experiencia para que los servicios de Integración Social lleguen a todas las personas mayores de su localidad.
“A mí me mueve la satisfacción del deber cumplido, el saber que en el tránsito por la vida pude servirles a los demás, esa es una satisfacción muy grande y por eso no espero que nadie me lo agradezca”.
Esta frase refleja el carácter y la seguridad con las que Ángela María Sepúlveda Gamboa desarrolla su trabajo de servicio en el Consejo de Sabios y Sabias de la localidad de Kennedy, en el suroccidente de Bogotá, el espacio que utiliza para visibilizar a las personas mayores y defender sus derechos.
“Yo creo que todavía falta mucha cultura para el respeto de la persona mayor, para darles el espacio que les corresponde, respetarles sus derechos y de verdad mirar que ha aportado mucho en su vida a la familia, al Estado y a la comunidad”, asegura Ángela María.
Ella, que tiene 76 años y se siente ‘como nueva’, es consciente de que hay personas mayores muy vulnerables que no han tenido un empleo, sobre todo las mujeres, que no tuvieron acceso a la educación y que se dedicaron a cuidar a sus familias y hoy están solas.
Esta madre de cuatro hijos y abuela de cinco nietos tiene una vida plena y un concepto claro sobre lo que significa la vejez: “es una etapa de la vida muy hermosa, una etapa en la que uno recoge lo que sembró en la juventud y en la niñez. Yo construyo para que el día de mañana mis hijos y las nuevas generaciones recojan”, dice.
Recuerda que el liderazgo ha sido parte de su vida desde los 15 años cuando trabajó en Pie de Cuesta, Santander, en la catequesis de la cárcel del pueblo. Con el tiempo se vinculó al Ministerio de Educación Nacional, donde fue parte del sindicato y defendió los derechos de las y los trabajadores de la educación.
De esa experiencia sindical que hoy aporta al Consejo de Sabios y Sabias de Kennedy sale el convencimiento de Ángela María de que la organización es clave para acceder a derechos y por eso permanentemente les recuerda a las personas mayores que ese es un aspecto clave para avanzar.
“Si uno no está organizado, realmente es muy complicado exigir y buscar instituciones para que colaboren, contribuyan y garanticen derechos. Yo creo que un aspecto fundamental ha sido la organización de personas mayores para llegar a donde estamos. Es importante, es fundamental”.
Ángela María no ha parado desde que se pensionó y no llegó por azar al Consejo de Sabios y Sabias. Ella creó una red de organizaciones de personas mayores y todo el aprendizaje de ese trabajo lo ha aportado al Consejo. Si alguien conoce las necesidades de las personas mayores de Kennedy es ella, que ha vivido allí durante los últimos 42 años de su existencia.
“Mujeres como Ángela María nos generan orgullo. No solo es parte de la población adulta mayor, sino que es una lideresa que nos demuestra que la edad no es obstáculo para abanderar causas sociales como ella hace en el Consejo de Sabios y Sabias. Se ha convertido en un ejemplo de vida”, comenta Elizabeth Fuentes Murillo, subdirectora Local de Integración Social de Kennedy.
“A mí me motiva, espero hasta los últimos años de mi vida, prestar un servicio a las personas que están alrededor y que no tienen oportunidades. Me inspira esa parte de que uno, a pesar de los años, todavía puede prestarles un apoyo, información, comunicación a las personas. Me impulsa mucho servirles a los demás, sin esperar ninguna contraprestación”, dice con orgullo.
“Mi vida ha estado dedicada al servicio de los demás, desde que fui sindicalista en el Ministerio de Educación, y hoy como líder social en las calles de mi localidad, Kennedy. Aquí comparto con mi familia y con esta linda comunidad de las personas mayores, de las cuales hago parte, y los 7 días de la semana, las 24 horas estoy disponible para sus necesidades, que son múltiples y, en muchos casos, en medio de la soledad”, afirma Ángela María.
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