El irreverente empresario que sorprendió a Colombia
DIARIO EL TIEMPO. – Rodolfo Hernández rompió con la solemnidad de la política tradicional del país. El candidato presidencial resultó ser una de las grandes sorpresas en esta campaña presidencial. Sin participar en ninguna consulta interpartidista y presentándose como candidato independiente avalado por el movimiento Liga, que traduce Liga de Gobernantes Anticorrupción, logró catapultar su candidatura a la segunda vuelta presidencial con poco más de 5’900.000 votos.
Todas las encuestas marcaron el crecimiento de Hernández en primera vuelta, incluso por encima de Sergio Fajardo y acercándose cada vez más a Federico Gutiérrez. Sin embargo, ninguna lo puso por encima del candidato de Equipo por Colombia. Ahora, de llegar a la Casa de Nariño a sus 77 años, se convertiría en el presidente de más edad después de Manuel Antonio Sanclemente (85 años). Hasta hace unos meses, Hernández era un personaje desconocido para el país, excepto en Santander, donde creció su empresa, y especialmente en Bucaramanga, donde fue elegido alcalde en el 2015.
Hijo de Luis Jesús Hernández Rojas y Cecilia Suárez, inició sus estudios de primaria en Piedecuesta, Santander, en la Escuela Anexa a la Normal Superior de varones. Posteriormente viajó a Bucaramanga, donde cursó sus estudios de bachillerato en el Colegio de Santander. Su madre fue quien luego lo impulsaría a estudiar ingeniería civil en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, de donde posteriormente se graduó en 1970. Regresó a su tierra natal y allí obtuvo un puesto en el laboratorio de suelos de la secretaría de Obras Públicas de la Gobernación de dicho departamento.
Está casado con Socorro Oliveros y es padre de cuatro hijos: Mauricio, Luis Carlos, Rodolfo José y Juliana, quien en el año 2004 fue víctima de la violencia: fue secuestrada y no se volvió a tener noticia de ella.
Tiene tres hermanos: Humberto, Alfonso y Gabriel, los dos últimos también ingenieros civiles. Gabriel, el hermano menor, ha cumplido un papel clave como ideólogo en la carrera política de Rodolfo. Gabriel estudió filosofía, le dio clases a Rodolfo sobre Kant y durante la campaña a la Alcaldía de Bucaramanga este la enfocó hacia el objetivo de despertar emociones en el electorado. Y, por lo visto, este sello a Hernández también le sirvió para su campaña presidencial.
El 29 de julio de 1971, luego de hacer sus primeras obras de construcción de vivienda popular en Piedecuesta, fundó junto con los comerciantes de Zapatoca Guillermo Gómez Serrano y Abelardo Serrano Otero la empresa Constructora H. G. (Hernández Gómez & Cía. Ltda.), con proyectos en Piedecuesta, Floridablanca y Bucaramanga. Posteriormente compró la totalidad de las acciones de la empresa junto con su esposa, Socorro Oliveros, y sus hijos, continuando con mayor empuje en la construcción de vivienda de interés social en Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta, Socorro, Barbosa, Girón, Barranquilla y Bogotá.
Sobre su fortuna de 100 millones de dólares, Hernández explicó que tiene sus inversiones divididas así: “El 70 por ciento en tierra, y un 30 por ciento rotándola en la financiación de los productos que vendemos”. Para él, el mejor negocio es acumular tierra. Una de las razones del piedecuestano es que nadie le pregunta si un lote es viejo o nuevo, como sí sucede en el negocio inmobiliario, dijo en Bocas.
A partir de sus negocios como empresario, la familia Hernández se hizo reconocida en Piedecuesta, tanto así que el Partido Liberal le pidió luego a Hernández lanzarse al Concejo a finales de los años 70. En los 90 repitió su cargo allí; sin embargo, este no asistía a los debates y dejaba un suplente a su cargo.
Estaba en Nueva York
En 2015 financió su propia campaña a la alcaldía de Bucaramanga y lideró el movimiento Lógica, Ética y Estética’, el lema de gobierno que le sugirió su hermano Gabriel.
Su triunfo fue una sorpresa para Bucaramanga y hasta para el mismo Hernández, quien el día de las votaciones recibió en Nueva York la noticia. En noviembre de 2018, la Procuraduría General abrió una investigación y suspendió a Hernández de su cargo por tres meses, tras pegarle una cachetada a Jhon Jairo Claro, concejal de esa ciudad. La segunda suspensión fue en 2019, por participación indebida en política, al expresar su respaldo a un candidato del municipio de Málaga, Santander. Luego renunció a su cargo como alcalde.
El ‘ingeniero’, como es llamado, también ha sido protagonista de múltiples escándalos. En octubre de 2018, Hernández dijo unas fuertes palabras contra Fernando Martínez, un veedor que estaba denunciando la tala de un árbol. En medio del rifirrafe, Hernández dijo: “Yo soy la autoridad ambiental. Yo sé que usted es un lavacu… de la politiquería. Es un lavaper… de la politiquería y de los ladrones que robaron a Bucaramanga”.
Hernández realizó polémicas declaraciones sobre las mujeres venezolanas: “Ellas no costean nada, todo lo cubrimos nosotros, y los partos que han tenido son como 400 al año, son una fábrica para hacer chinitos pobres”, comentó a comienzos de 2019. También dijo que admiraba a Adolfo Hitler, el líder del Partido Nacionalsocialista de Alemania, quien fue dictador de ese país durante la Segunda Guerra Mundial. “Yo soy seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler”, dijo en 2016.
Sin embargo, luego se retractó de su afirmación y explicó: “Yo no tengo sino contra el pueblo judío, contra la gente, contra Einstein, quienes le han aportado a la ciencia, la tecnología, el trabajo, el conocimiento. Tuve profesores judíos y un lapsus lo puede tener cualquiera. Pido mil excusas al pueblo judío, a las personas que pude lastimar con eso, una comparación totalmente estúpida. No debió pasar, pero soy humano, tengo derecho a equivocarme como cualquier persona”, dijo.
Proceso por corrupción
En la actualidad, Hernández está en un proceso judicial por presunta responsabilidad en el delito de interés indebido en la celebración de contratos en lo que se conoce como el caso Vitalogic.
El exmandatario es investigado por presuntas irregularidades en un contrato de consultoría que determinaría el encargado de la tecnificación de basuras de Bucaramanga. Según la investigación de la Fiscalía, Hernández Suárez habría intervenido para que el contrato de consultoría que determinaría la tecnificación de las basuras le fuera adjudicado al contratista Jorge Hernán Alarcón, quien efectivamente fue el encargado de esto. Por este hecho la Fiscalía le imputó celebración indebida de contratos.
Este hecho se ha convertido en uno de los principales focos de crítica de su campaña, pues mientras el candidato está en juicio por presuntos actos de corrupción, su discurso siempre se ha enfocado en izar la bandera de la anticorrupción y atacar a los gobernantes y políticos corruptos que han gobernado a Colombia.
En declaraciones recientes el candidato señaló: “Yo no he robado un peso, tengo el alma limpia” y atribuyó los hechos a persecución política por su lucha contra la corrupción. Indicó que lo que hizo fue tomar decisiones para enfrentar una emergencia ambiental en la capital de Santander y mediante una convocatoria internacional se buscó a un contratista mediante licitación.
Igualmente indicó que es “víctima de politiqueros” que lo quieren perjudicar. Y añadió que pusieron en su contra varias denuncias y ya le han cerrado 162 al no encontrar irregularidades.
Político no político
Si bien hace unos meses la campaña del ingeniero había tenido poca visibilidad, pues no participar en las consultas interpartidistas lo alejó del debate público y la exposición de los medios de comunicación, en las últimas semanas Hernández comenzó a salir a la calle y específicamente más allá de Bucaramanga, desde donde había maniobrado.
El ingeniero estuvo en Medellín, Cali, Cartagena, Barranquilla, Bogotá, Neiva; San Vicente del Caguán, en Caquetá; Acacías, en el Meta, o Guamo, en el Tolima.
Allí se ha encontrado con su grupo de voluntarios de nombre Juventudes Rodolfistas, junto a los cuales ha inaugurado sus sedes de campaña, las Casas Rodolfistas, y quienes reciben al candidato en cada ciudad y hacen caravanas. Estos grupos de jóvenes se organizan principalmente a través de redes sociales y WhatsApp. Y son célebres sus publicaciones en TikTok.
“Él encarna la figura del outsider, el político no político que llega a la política. Más que porque tenga una carrera (como empresario), él percibe que Colombia necesita de su forma de trabajar para mejorar. Entonces, esa condición de ‘yo llegué aquí porque vi todo tan mal que siento que debo hacer algo’ genera en los colombianos pocas prevenciones”, expresa Alicia Peñaranda, analista en comunicación política. “Maneja las técnicas de la propaganda política, que las conocemos desde la Segunda Guerra Mundial. Entonces es un lenguaje que significa, es un discurso repetitivo, que crea un problema público que en este caso es la corrupción. Cumple con las características de la buena propaganda y ocupa un espacio que no ocupa nadie más, llegándole al indeciso, al indiferente”, asegura la analista Peñaranda.
El analista y estratega político Guillermo Henao explica que el ingeniero Hernández comenzó a configurar una realidad electoral en Colombia como hace 5 años lo fue Donald Trump en Estados Unidos.
“Explicar esto desde la ciencia política no es sencillo, más aún entendiendo que este tipo de personajes rompen los arquetipos comunes del ‘deber ser’ y replican lógicas bufonescas donde la impresión y el impacto de la persuasión vía comunicación política y su técnica, el marketing político, son más importantes que las visiones de desarrollo, las propuestas o simplemente el debate”, opina el analista.
Uno de los puntos fuertes del exalcalde de Bucaramanga, según el analista, es su lenguaje desparpajado y coloquial, el cual permite una fuerte conexión con el electorado.
“Ha tenido una serie de actuaciones que tocan al ciudadano y lo acercan más a los votantes cansados del mismo modelo y los mismos actores. A la par, sus palabras cargadas de expresiones coloquiales, de comunicación simple, de repetición constante y a veces hasta inconexa, han logrado tejer un hilo emocional más fuerte que otros candidatos”, afirma Henao.
Lo cierto es que ahora Gustavo Petro deberá disputarse la Casa de Nariño el próximo 19 de junio con un político no político que ahora tiene también la posibilidad de expandir su electorado hacia el centro y la derecha “Seguramente públicamente no va a responder de manera directa, pero en términos informales se pueden gestar estas alianzas a su favor”, dice Felipe Nieto, analista político de la Universidad de Antioquia. Además de los apoyos que le podrían venir en las próximas semanas.
POLÍTICA EL TIEMPO
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